Desnudo ante el espejo

“Corcholis, recorcholis, caracoles!!! Quien es ese tio que esta ahí??” … me preguntaba a mi mismo conforme salía de la ducha y me giraba hacia el espejo sito en la mampara de la ducha para agarrar la toalla (ya veis que despues del texto del otro dia, ya digo agarrar y no “coger”, por lo que pudierais pensar…). Debo confesar que me asusté de mi mismo. Pero en lugar de agarrar (de nuevo, agarrar) la toalla y taparme, decidí echarle valentia al asunto y permanecí unos segundos mirando “eso” (y no me refiero al miembro viril, sino a toda mi materia corporal, que me pareció mucha, demasiada, inmensa!).
Comprendí entonces el por qué desde hace ya unos cuantos años en la revisión médica han substituido aquello de “constitución = atlético” por aquello otro que dice ahora … “constitución = pícnico” … vaya! No estoy seguro ahora de la palabra que emplean, creo que si es “pícnico” (= bajo de estatura y figura redondeada), pero vamos para que os hagais una idea viene a ser algo asi como “fofo”, “rechoncho”, indicando que las “carnes” ya no estan en su sitio, y van campando (mas bien colgando) a sus anchas por el cuerpo.
Comprendí tambien entonces por qué mi calendario esta cada vez mas vacio de cruces marcadas. Claro, me dije, me imagino a mi mismo saliendo del cuarto de aseo asi, tal como vine al mundo, y dirigiéndome hacia mi mujer con intenciones mas que cariñosas, y puedo admitir y entender perfectamente que “le duela la cabeza”, “que se ha hecho muy tarde”, “que tengo aun mucha faena por hacer”, etc… el susto que le debe dar ver mis ojos (y otras partes de mi cuerpo, esta vez si) “encendidos de amor”, debe ser de aupa!
Dicen que no son los años, que son los kilos … estoy parcialmente de acuerdo, y solo parcialmente porque con los años es mas dificil mantener los kilos. Y no solo eso, sino que antes uno era de goma, y con los años se va “fragilizando” y ya cuenta cada golpecito, cada lesion, cada fisurita …
Con los años que nos quedan por vivir …