domingo, 20 de febrero de 2011

Como los animales

Como parte de un interesante, atractivo, gastronómico, y entretenido fin de semana, visitamos la bonita población de Alpuente, tierra de dinosaurios. Alli los peques disfrutaron de lo lindo, pese a las inclemencias del tiempo, y a la vez aprendieron algunas cosillas nuevas sobre dinosaurios. Estando en el taller de los dinosaurios, les pregunté cual era el animal más peligroso del mundo … creo que curiosamente ninguno aludió a dinosaurio alguno pese a donde nos encontrábamos … uno de ellos dijo con buen criterio, el león, rey de la selva… pero el león, como rey, no tiene la misión de ser el más peligroso del mundo, sino el más respetado. Uno de mis hijos dijo con espíritu de estar seguro de tener la respuesta correcta, el mosquito… al decirle que no y verle la cara de “papi, pero si me lo has dicho tú muchas veces…”, traté de animarle diciéndole que de hecho, el mosquito es el animal que más muertes de personas causa anualmente, pero que me refería a otro más sanguinario (y eso que el mosquito justamente sanguinario lo es). Finalmente para no marearles mucho más, les señalé a un pequeño esqueleto humano de plástico que allí había, y les dije… el ser humano (que de humano tiene poco) es el animal más peligroso que jamás haya existido, y posiblemente el único que mata por placer. Bien, no sé quién de todos pensó que un servidor estaba más loco, si los peques (que no sé si llegaron a entender lo que les decía) o los padres de los peques. Pero, somos o no somos más animales que todas las razas a las que llamamos animales? en qué nivel de estima te tienes por llamarte ser humano? Una bonita (segun mi opinión) canción del brasileño Roberto Carlos dice “Yo quisiera ser civilizado como los animales”.

Amistad entre sexos opuestos?

Cuando éramos jovencitos (jóvenes de verdad) recuerdo que lo peor que te podía decir una chica era eso de … “si que te quiero, pero como amigo” … porque significaba que no tenías nada que hacer, vamos, que estabas “jodido” (y perdon por el “taco” … y no me refiero a los tacos mexicanos … que por cierto dicen que se dice Mexico con equis y no Mejico con jota … a coxones!! … que para mi todo es lo mismo pero con distinto relleno y forma… taco, fajita, burrito… seré burrito afirmar tal cosa!… en fin que no es mi estilo lo de los tacos – decirlos, no comerlos, que comer suelo comer de todo… de comida me refiero - , pero en este caso haré una excepción). Pero lo peor de lo peor, peor aún que lo de “como amigo” (porque al menos “como amigo” al cerebro del hombre – que no al de la mujer - aún le dejaba alguna esperanza), era cuando te decían aquello de “si, te quiero, pero como a un hermano”. Aqui si que ya “te la podías cortar” porque ya sabías que el nivel de esperanza era bajo cero. Es curioso como cambia todo cuando uno decide “ennoviarse” en serio, cuando uno decide que quiere pasar el resto de su vida con una mujer … quiero decir, con una sola mujer. Y más aún, conforme uno se va echando lustros encima. Quizá porque se valora más la amistad que nunca? No lo sé. Pero confieso (ay que bajo me van a hacer caer estas palabras!!… seguro que luego – ya demasido tarde – me arrepiento) que subscribo las palabras de mi “amiga Marta” cuando define … “la amistad, la de verdad, es el verdugo del sexo”. Esto que puede sonar un poco fuerte (a oidos de los hombres, me refiero), es realmente un sentimiento muy hermoso. Porque al contrario a cuando éramos jóvenes, ya no buscamos una sola cosa (o dos) en el sexo opuesto (tanto hombres como mujeres), sino que buscamos amistad y nada mas, amistad sincera, que ya lo es todo. Crees que puede existir amistad sincera entre dos personas de sexo opuesto?

Cuentame?

Una buena amiga (me ha dado permiso para publicar sus divagaciones) no solo escribía sino que resumía así en apenas cuatro líneas lo sencillo que debería ser entendernos entre nosotros mismos, y lo fácil que debería ser educar… (gracias Marta!)
“Resumiendo, creo que nuestra generación tiene una responsabilidad importante. Debemos intentar deshacernos de las etiquetas y disfrutar de la libertad por la que nuestros padres lucharon tanto. Debemos enseñar a nuestros hijos a ser tolerantes, a ser buenos, a preocuparse por los demás, a aprovechar los momentos, a trabajar, a esforzarse, y sobre todo, a valorar y a aprender de los logros de los demás, dejando de lado nuestros recelos y a ser libres y positivos ! Seguro que nos iria a todos mucho mejor.”
Lo que me pregunto yo, perdido en un mar de dudas, es cómo, cómo se consigue inculcar todos esos valores? Saldrán solitos a la luz si uno va haciendo el camino? Qué medios usar y cuales no?