martes, 30 de noviembre de 2010

El caballero y el solucionador

Madrid. Noviembre 2010. Eran alrededor de las 09:30h pasadas (rara vez nos embarcan a la hora inicialmente supuesta), cuando comenzamos a pasar uno a uno por el control de billetes y tras el mismo, al avion (de compañia foranea). Delante de mi, una chica joven extranjera (de otro pais distinto a España, vamos) … Caramba! Corcholis! Recorcholis! Caracoles! Lo que he dicho! una chica joven!… posiblemente hace unos diez, quince, o veinte años, habria dicho sencillamente “una chica”, sin especifciar lo de “joven”, que yo mismo habria dado por hecho. Pero a mi edad, he añadido el adjetivo de forma totalmente involuntaria y natural. Como se van notando los añitos… En fin, que la chica … joven … entra al avion, deja su maleta de mano en el compartimento del altillo, y se sienta en su “numero y letra”. Yo espero pacientemente a que se acomode, y paso de largo en busca de mi asiento. Lo hallo, y procedo de forma similar a la chica joven. Voy a sentarme y en ese momento oigo un quejido y lloros. Me giro, y la chica joven no podia mantenerse de pie, con un claro gesto de dolor en su rostro, no pudiendo evitar llorar desconsoladamente. Solo el “caballero” (español) que habia sentado a la misma altura del avion que ella (bueno, a la misma altura ibamos todos, ya sea en tierra o en el aire, solo en el momento de despegar y aterrizar vamos a distinta altura… Juan ya estas desvariando…) pero al otro lado del pasillo del avion, con un rapido movimiento consigue mantenerla en pie, mientras a la vez, por una lado trata de consolarla sin entenderle ni “pipa” de lo que dice, y por el otro, gira la cabeza en busca de ayuda de algun(-a) asistente de vuelo, que lamentablemente no se dan por aludidos hasta que por fin llega la mas veterana del personal para tratar de ver que esta pasando. Entre ambos consiguen sentarla con mucho dolor por parte de la chica joven. Una larga espera hasta que una vez sentados todos los pasajeros, comienza un “desfile” de personal medico. Tres o cuatro personas en el avion, pero solo uno de ellos parece que se acerca a la chica joven y por lo visto al final del proceso, le aplica un vendaje en la rodilla, pero encima del pantalon (… desconozco los procedimientos medicos, pero si esta chica joven realmente tenia algo grave, como asi lo parecia, no habria sido lo correcto quitarle los pantalones o romperselos, y aplicar el vendaje directo a la rodilla?? Solo pregunto, no como “viejo verde” tratando de verle las piernas a la chica joven, sino como desconocedor medico). Algunos (del personal medico) entran, otros salen… algunos otros (personal no medico) entran otros salen … se la llevan? no se la llevan? … hasta que por fin aparece el “solucionador” (español), llega, observa, y decide. En cinco minutos organiza a todos y todo, y saca a la chica joven del avion, camino de una ambulancia que ya le esta esperando al pie del mismo. El vuelo sufrio una hora de retraso. El “caballero” en cinco minutos y el “solucionador” en otros diez minutos, ofrecieron a la chica joven lo menos malo de su situacion. Yo no desmiento que los españoles somos como somos, porque quiza todas esa voces tienen razon o su parte de razon. Pero tambien es cierto que tenemos en algunas ocasiones, un “don” especial (quiza no sea exclusivo de los españoles pero me gusta pensar que mayoritariamente si), la del “caballero” (español) y la del “solucionador” (español).

No hay comentarios:

Publicar un comentario