lunes, 17 de octubre de 2011

Decálogo para formar a un delicuente según D. Emilio Calatayud (parte I)

El título que le da D. Emilio Calatayud, juez de menores de Granada, a este decálogo, puede sonar un poco exagerado, alarmante, e incluso un tanto histérico, pero vale la pena leerlo con la atención que merecen, (al menos un servidor) siempre aprende algo de escuchar y leer a este señor.

1- Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Asi crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2- No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decider libremente.

3- Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto le animará a hacer más cosas graciosas.

4- No le regañe nunca ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5- Recoja todo lo que él deja tirado; libros, zapatos, ropa, juguetes…Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre lo demás

Imagino que cada uno tenemos cierta dificultad para evitar todos estos primeros cinco puntos de los diez del decálogo (por si lo de “deca” dejaba lugar a dudas); cada uno tenemos nuestras debilidades reflejadas en alguno de estos puntos. Ojalá todos los tuviéramos clarísimos y (más aún) ojalá todos los aplicáramos. Pero desde dentro, siempre es más difícil ver las cosas; sin embargo, desde fuera, rápidamente se detectan los errores mencionados en el decálogo. A mi modo de ver, el primero es sencillo de evitar, y si no lo es, es relativamente fácil aprender que el “no” también ayuda a educar, por mucho que nos duela mentarlo, que nos duele más a los padres que a los hijos. El punto dos está muy de moda con la disyuntiva Comunión si, Comunión no … sigo pensando que el argumento de que hay que dejarles que decidan ellos es erróneo, pero reconozco al mismo tiempo que lo que no se debe hacer es engañarse a uno mismo, es decir, que los padres tienen que tener claro lo que piensan o no sobre el tema (tanto en este asunto como en otros tantos éticos y/o espirituales. El tercero de los puntos es el que solemos ver como más inofensivo, pero es quizá de los más claros. El punto cuatro imagino que pocos lo cumplimos (cuando digo cumplir, quiero decir hacer al pie de la letra lo que reza el punto). El punto cinco es de los que también parecen inocentes a primera vista, y de los que además llevan su tiempo, paciencia y perseverancia evitar, no? Pero todo esto es bajo mi punto de vista, desde dentro además. Cuál es tu opinion? Es exagerado D. Emilio Calatayud al dar el título que le da a este decálogo? Qué piensas de cada uno de estos puntos? Desde dentro o desde fuera?

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