miércoles, 4 de mayo de 2011

La Procesionaria

Recuerdo que de pequeño contábamos historias tenebrosas sobre la procesionaria, como si del animal más peligroso de la Tierra se tratase … si te caía sobre la cabeza, te dejaba calvo … si te caía sobre los ojos, te dejaba ciego… si te caía sobre el pene, te dejaba impotente … y así, un largo etcétera, segun la edad en la que hablabas de ella. Lo curioso es que es quizá de las pocas cosas de las que hablas creyendo que exageras y “mira vos”, hay un tanto de verdad en ello. Dejemoslo en que si tocas un pelillo de oruga de la procesionaria, vas a pasarlo mal, si no le tienes alergia; y muy mal, si le tienes alergia. Y esos pelillos no se quedan en la oruga, sino que se desprenden y van volando por el aire … hasta que te cazan! …Uuuuuuuuuu … terrorífico! Bien, sea como fuere, mejor no tocar a esas graciosas oruguitas. Pero… conocen los niños de hoy en dia a las orugas de la procesionaria? Han visto alguna vez esas largas hileras de “gusanos” desplazándose por el suelo siguiéndose unas a otras? Saben reconocer las bolsas de las procesionarias en los pinos? Antes, era vital para la supervivencia … y si te caían en el pene? … No lo sé … nunca me puse una de estas orugas en el pene para comprobarlo … ja ja! … Me referia a que no sé cuantos niños de ahora conocen a la procesionaria. Pero en su favor (de los niños, no de la procesionaria) también puedo decir que aunque muchos de ellos seguramente no han visto en su vida una hilera de orugas de la procesionaria, este fin de semana un grupo de ellos (de niños, no de la procesionaria) me ha vuelto a dar una lección. He podido comprobar que cuando se les da confianza, ellos responden a la perfección a dicho voto. He visto un magnifico grupo de niños de apenas siete años, formar cual hilera de procesionaria, en sus correspondientes bicis, durante 20 kilometros, sin apenas dejar la fila más que en alguna que otra refrescante parada. He sufrido el espectáculo (lo admito) pero también lo he disfrutado. Sus caras eran una mezcla de responsabilidad y felicidad. A cada orden del “oruguita-guia”, el resto obedecia y bien corregia su posición si era necesario, bien paraban todos a la vez, bien se desplazaban al unísono, cual componentes de natación sincronizada, cual procesionaria. Enhorabuena a todas esas “pequeñas oruguitas de procesionaria en bicicleta”. Gracias Teresa y Jose Ramón

No hay comentarios:

Publicar un comentario