lunes, 20 de diciembre de 2010

La mujer de mis sueños

Me acostaba como cada noche, algo tarde, y como cada noche, demasiado cansado, al borde del colapso físico y mental. Rocé mis mejillas sobre la almohada varias veces, a derechas, a izquierdas, hasta acomodar mi cabeza sobre la misma, tal cual hace un perro con su cuerpo entero justo antes de tomar la gran decision de donde tumbarse. Por fin encontré la postura que a priori hacía presagiar una noche en la que poder conciliar el sueño … cuando comencé a sentirme atraido por un olor…mas bien por un aroma, que emanaba frescura, suavidad, ternura… sus labios eran calidos… calientes… su piel era escalofriantemente dulce … apetecible… sus caderas incitantes al pecado … sus piernas allanadoras de la locura… donde me encontraba? acaso en uno de tantos hoteles y había confundido mi habitación con la de una mujer de ensueño? acaso (aunque bastante menos probable) había confundido ella su habitacion con la mia? … fuere como fuere alli me encontraba yo inmerso y perdido en un mar de gozo … cuando de repente, sintiendo un calor demasiado abrasador, desperté sobrecogido en la cama de la habitacion de mi casa (o de casa de mi mujer como dirian otros), y me dí cuenta que todo había sido un sueño; traté de calmarme en la oscuridad y reacomodarme entre las sabanas, girando mi cuerpo de lado 180 grados, y fue entonces cuando ocurrió, de nuevo ese olor, ese aroma … un temblor a mitad camino entre el canguelo y el placer recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, alli estaba junto a mi … la mujer de mis sueños.

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